Para entender bien los riesgos, es muy importante contar con la inteligencia de las personas. Cuando incluimos a un humano en el proceso, esa persona aporta su forma de ver las cosas, sus ideas pensadas para cada situación y su experiencia del mundo real. Esto hace que un montón de datos se conviertan en información útil para saber que hacer.
A veces, tener mucha información y muchas alertas de peligro puede confundir a los líderes sobre lo que realmente es peligroso. Si no se puede distinguir una amenaza real de una falsa alarma, es difícil saber cómo actuar con seguridad.
Un ejemplo reciente nos muestra esto: Hubo una alerta sobre algo grave que supuestamente estaba pasando en la ciudad, pero resultó ser falsa. ¡Salió de la cuenta de un videojuego! La alerta llegó porque una computadora con inteligencia artificial (IA) encontró ciertas palabras clave, pero no se dio cuenta de que no eran serias porque no entendió el contexto como lo haría una persona real.
La IA es muy rápida para procesar datos, pero le falta la capacidad de las personas para entender la situación y convertir esa información en algo realmente útil. Por ejemplo, una persona añade su experiencia, su sentido común y la realidad de lo que está pasando, lo que hace que la información sea práctica para tomar decisiones. Las alertas automáticas no son lo mismo que la inteligencia real, que nos explica qué significa la información y qué podemos hacer al respecto.
Para obtener una buena inteligencia sobre los riesgos, las personas son clave. Las empresas necesitan entender el contexto real de las cosas, no solo tener muchos datos. La IA pueden analizar mucha información, pero sin la ayuda de las personas, los resultados pueden ser poco útiles o incluso equivocados.
La mejor manera de tener buena inteligencia es combinar la IA con el trabajo de las personas. El “toque humano” asegura que la información sea importante, relevante y útil para tomar acción.
3 errores comunes que cometen las empresas al analizar los riesgos.
Incluso con personas capacitas y buenas herramientas, las empresas pueden cometer errores, especialmente si no entienden bien o se saltan los pasos importantes para analizar la información. Algunos de los errores más comunes que vemos son los siguientes:
- No saber bien qué información se necesita: si no se tiene claro qué es lo que la empresa necesita saber y por qué, la información que se obtenga puede no ser importante o enfocarse en cosas equivocadas.
- Usar muy pocas fuentes de información: confiar en solo unos pocos lugares para obtener datos, en lugar de buscar información por todas partes, puede hacer que se pasen por alto cosas importantes y no se tenga una visión completa.
- No hacer nada con la información: la información solo sirve si ayuda a tomar decisiones y a hacer algo. Esto significa dar información precisa y a tiempo a las personas que tienen que decidir, y usar esa información en toda la empresa, no solo para ver las amenazas, sino para entender cómo podrían afectar a las personas, las cosas de la empresa y los resultados.
Para entender bien los riesgos, necesitamos a las personas.
La verdadera inteligencia sobre los riesgos une todos los puntos y les da a los líderes la claridad que necesitan para actuar. Debe ayudarles a entender no solo que está pasando, sino por qué es importante y que se puede hacer al respecto.
Pensamos de nuevo en el ejemplo del videojuego. Mientras otras empresas no sabían si la amenaza era real, nuestros analistas pudieron darse cuenta rápidamente de que la información no era correcta ni importante. Esto evitó que se preocuparan sin necesidad y les permitió a nuestros clientes concentrarse en lo que realmente importaba.
Y cuando una amenaza puede afectar a una empresa, nuestro equipo está ahí para dar la información necesaria para que puedan responder con confianza.
Las personas que trabajan en los centros de inteligencia de riesgos de Securitas tienen diferentes experiencias y vienen de distintos lugares, tanto en su trabajo como en su vida personal. Esto les permite entender el contexto, cuestionar las ideas y convertir la información en decisiones prácticas.
Al final, las personas son fundamentales para darle sentido a los datos y convertirlos en información que sea precisa y útil para tomar acción. Pero no se trata de elegir entre personas o máquinas; necesitamos ambas cosas. Se ayudan mucho mutuamente.
Ponte en contacto con nosotros para saber cómo podemos ayudar a tú empresa a tener una verdadera inteligencia sobre los riesgos, para que siempre éstes alerta, preparada y protegida.
